Costa Rica, la institucionalidad en almoneda
Costa Rica ha roto con ciertas prácticas del pasado como el bipartidismo y la pervivencia de una clase política tradicional y se ha sumergido plenamente con los nuevos tiempos de la política que han diluido los marcos relativamente estables existentes hasta hace pocos años.
La excepcionalidad normalizada
Las recientes elecciones colombianas y los augurios en torno al resultado de las brasileñas de octubre permiten plantear, como hace tres lustros se señaló, qué sentido tienen estos cambios.
¿Por qué no te callas?
Ante los fracasos anteriores y el turbio preámbulo de la próxima cumbre surge imperiosa la necesidad de construir una nueva lógica de interacción.
Testigos que son rehenes
Pareciera que la guerra en el este de Europa, salvo en lo relacionado con el impacto de la crisis económica aneja y las expectativas de un “nuevo orden” mundial, es un asunto ajeno para América Latina.
El liderazgo efímero
El ritmo con el que la actividad política suele devorar a quienes se dedican a ella es un asunto sobre el que se tienen menos datos de los que se debería.
Crimen organizado, extractivismo y ausencia de Estado de derecho en Guatemala
Guatemala es un país en el que el Estado ha sido capturado desde hace décadas por una alianza entre el empresariado y el crimen organizado, por una parte, y la clase política por otra, en una clara interconexión.
El incierto sentido de la alternancia
La representación política se ha fragmentado hasta niveles extremos y las preferencias de la gente quedan al azar de proyectos minuciosamente diseñados por expertos en comunicación que acompañan la pulsión personal por el poder.
Partidos políticos: ¿instituciones o máquinas?
Los partidos tuvieron su razón de ser como conductos a través de los que efectuar la dimensión electoral de la política, pero hace tiempo dejaron de ser instituciones para configurarse como máquinas que operan en contextos donde la polarización es el principal motor.
Ciencia política, ¿predicar en el desierto?
La academia no brinda per se políticos excepcionales. De lo que se trata es de usar la voz con lealtad al bien común para ofrecer salidas al atolladero en que estamos. Pero que esa voz no sea una prédica en el desierto excede las competencias de la ciencia política.
Vargas Llosa, el deicida irresponsable
Vargas Llosa, que escribió en 1971 el ensayo sobre García Márquez titulado La historia de un deicidio, cuando apoyaba fervientemente la revolución cubana, ahora, parafraseando a Max Weber, abraza exclusivamente la ética de la convicción alejándose de la ética de la responsabilidad.