Estrategias contra la desinformación

En la dinámica política de nuestro tiempo, en la que el extremismo y la violencia política han proliferado, particularmente la desinformación se ha convertido en uno de los principales desafíos para el funcionamiento de las democracias. Si bien la manipulación informativa no es un fenómeno nuevo, su impacto y proliferación se ha intensificado en las últimas décadas debido a la expansión de las redes sociales y la fragmentación de los espacios de debate público. La complejidad de la desinformación no se limita a la difusión de noticias falsas, sino que involucra también la tergiversación de datos ciertos, el uso selectivo de la información y la amplificación de narrativas polarizantes que erosionan la confianza ciudadana en las instituciones.