
Dentro de las elecciones que cierran este año 2025 en la región, destacan los comicios en Honduras. Más de 6.5 millones de votantes están convocados a las urnas este 30 de noviembre para elegir presidente, los integrantes del Congreso Nacional y su representantes al Parlamento Centroamericano. En este episodio de Mirada Semanal, ponemos la lupa sobre el panorama electoral hondureño, un evento que pondrá a prueba en buena medida la madurez democrática del país. Unas elecciones cargadas de tensiones políticas, sostenida desconfianza institucional y una ciudadanía aquejada por problemáticas ya conocidas como la corrupción administrativa, la inseguridad ciudadana y el subdesarrollo económico, a pesar de las ambiciosas promesas del retorno de la izquierda durante el gobierno de Xiomara Castro.
Y es que desde las propias elecciones primarias del pasado mes de marzo, ya se han encendido las alarmas: irregularidades en el conteo, retrasos en la apertura de centros de votación y denuncias de manipulación de resultados han dejado al descubierto las fragilidades del propio sistema electoral. Aun con todo, partidos y candidatos afinan estrategias. Por una parte el oficialismo, apoya su campaña plantear la continuidad como una necesidad nacional y con ello garantizar la estabilidad que permita avances en su agenda de políticas sociales a través de la figura de Rixi Moncada. Sin embargo desde la oposición, se promete un cambio de rumbo para Honduras que para importantes sectores del electorado luce aún incierto. Lo cual se refleja en la fragmentación del voto opositor entre Salvador Nasralla y Nasri Asfura de acuerdo a las principales encuestas pre-electorales.
A esto se suma la observación internacional, que advierte sobre la vulnerabilidad institucional y los riesgos que esto conlleva en contextos de alta polarización social como es la Honduras del 2025. Dicho de otra manera, Honduras llega a esta cita electoral en un equilibrio frágil, donde el resultado podría redefinir no solo el liderazgo político, sino la propia salud democrática de las instituciones hondureñas. En este contexto, nos preguntamos ¿está Honduras preparada para un proceso electoral transparente, pacífico y legítimo, o se avecina una nueva crisis política en este país centroamericano? Para abordar esta cuestión nos acompañó Cecilia Rodríguez Balmaceda. Profesora de Ciencia Política en la Universidad de Burgos e Investigadora del Instituto de Iberoamérica (USAL). Forma parte del Proyecto Elites Parlamentarias de América Latina (PELA USAL), y del Proyecto Polarización afectiva en democracias avanzadas: el impacto de las élites políticas en la ciudadanía en España (ELITPOLAR) de la Universidad de Burgos. Una voz calificada sobre la historia, la política y el el panorama electoral hondureño actual.






