Buena parte del deterioro democrático de los últimos años se expresa con mucha nitidez en el lucha de poderes que se da entre Parlamentos versus Presidentes. Una relación caracterizada por su tremenda crispación y hasta hostilidad, que trasciende la polarización razonable que todo sistema político puede tolerar para funcionar. A lo largo y ancho del hemisferio, esta turbulenta pauta de relación entre poderes públicos, además de condicionar el diseño y la implementación de las políticas públicas, influencia de manera perniciosa el ritmo de la opinión pública. Para este episodio haremos énfasis en los casos de Colombia y Costa Rica, dos democracias con larga tradición institucional, que con sus particularidades viven un momento de profunda conmoción frente a liderazgos personalistas con una notoria precariedad política para gestionar la contención parlamentaria en sus países.
En el caso colombiano, como lo hemos venido reportando en episodios anteriores, la incapacidad del Presidente Gustavo Petro de organizar equipos de gobierno funcionales, la acumulación de escándalos de corrupción y la limitada contención de los distintos factores del Pacto Histórico han supuesto a su vez una turbulenta relación con el Congreso. La reciente renuncia de Laura Sarabria ha vuelto a evidenciar esta debilidad política, de un presidente que maneja como principal recurso la narrativa exculpatoria ante sus desaciertos, la habituales acusaciones contra el capitalismo foráneo y el uso abusivo de la comunicación personalista en redes sociales. Por su parte, en el caso de Costa Rica, el pasado 01 de julio por primera vez en su historia, la Corte Suprema de Justicia le pide al Parlamento que le retire inmunidad a un presidente para proseguir su imputación en una supuesta trama de corrupción en la contratación de consultorías con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Dos casos con circunstancias diferentes, pero que en buena medida dan cuenta del tipo de tensiones que se están dando entre poderes públicos, erosionando la salud institucional, la confianza de la ciudadanía en la política y profundizando aún más el deterioro democrático en la región. Parlamentos versus Presidentes, será el tema de esta nueva entrega de Mirada Semanal.