Entrevista al consultor Edgard Gutiérrez | 28vo. episodio.
La política, como tanto otros órdenes de la vida en sociedad, ha sido profundamente alterada por la irrupción global del SARS-CoV-2 (COVID-19). Tanto en la operatividad institucional de los gobiernos, como las campañas electorales en pandemia, han tenido que incorporar cambios enormes. Muchos de ellos inimaginables, hace poco más de dos años atrás. La humanidad entera, en poco tiempo, ha asistió a un inédito proceso de reflexión y reestructuración de prioridades. Tanto en la esfera individual como en la pública.
Para muchas naciones democráticas, la pandemia impuso profundas e impensadas transformaciones. Decisiones que van desde la adopción de desconocidas medidas biosanitarias, hasta la implementación de nuevos criterios en la asignación de recursos públicos. Los gobiernos en funciones, desde el primer trimestre de 2020 viven bajo un tipo de escrutinio público inusual. Caracterizado por una enorme complejidad, desconfianzas e incertidumbres mayores a las habituales. Lo cual incluso ha tenido un reflejo en la drástica reducción de las re-elecciones en el mundo entero entre 2020 y 2021.
Y es que los responsables en la conducción de las instituciones públicas, han tenido que pensar e implementar, de forma sobrevenida, nuevas formas de gobernabilidad democrática, muchas de ellas desconocidas. Sin muchos márgenes de planificación, ni muchas experiencias previas de éxito. Medidas que permitan la operatividad básica del Estado, preservando la vida de sus trabajadores, al mismo tiempo de diseñar pautas que no menoscaben las libertades ciudadanas. Y que todo ello permita satisfacer además, la necesidad de reducir la propagación de los contagios. Un intrincado ajedrez político, especialmente para sistemas democráticos.
Preservando la salud democrática
En esta extraña tensión con la que gobernantes y ciudadanos convivimos aún, muchas naciones han descubierto que de la salud democrática, en buena medida también depende la sostenibilidad de la lucha contra la pandemia. Por lo tanto, es imprescindible preservar el funcionamiento de instituciones públicas fundamentales. Tales como la red pública de salud, los organismos de seguridad, los tribunales, los parlamentos y también, con una nueva configuración, la dinámica electoral.
Las elecciones, como procesos políticos que regulan periódicamente el acceso al poder, son también procesos cívicos que le dan estructura a nuestras vidas en sociedad. Constituyen un mecanismo inmejorable de resolución pacífica de conflictos, así como de liberación de tensiones colectivas. En una frase, las elecciones son columna vertebral de toda sociedad democrática. Lo cual tiene además un arraigo tradicional en la mayor parte de las naciones de nuestra región latinoamericana. Sin embargo, para garantizar la continuidad de los calendarios electorales, muchos cambios han tenido que ponerse en marcha, desde aquella elección de República Dominicana de julio de 2020 a la fecha.
Posponer elecciones: posible y necesario
Por ejemplo, ya hoy posponer elecciones no tan solo es factible, sino imprescindible. A escala global, desde febrero del 2020 a junio del 2021, 78 naciones han tenido que diferir sus procesos electorales. En Latinoamérica 12 elecciones han tenido que reprogramarse, lo cual no siempre ha estado eximido de controversias. Sin embargo, ha sido ocasión propicia para modernizar algunos sistemas electorales, introduciéndose además mecanismos especiales de votación, que garanticen la salud pública, y al mismo tiempo la confianza en el propio proceso comicial.
Todo lo cual además ocurre frente a cambios forzados en los propios diseños de campañas electorales en pandemia. Las consignas y las fotos de los candidatos en las calles, los estrechones de manos. Así como los recorridos por comunidades y aquellos discursos exaltados envueltos en masivas algarabías, inexorablemente tuvieron que migrar al formato limitado de la pantalla de nuestros teléfonos celulares. Aquellos míticos baños de masas, a los que tantos políticos eran adictos, tuvieron que transfigurarse y adaptarse a nuevas plataformas de comunicación a distancia. Lo cual compone un conjunto de cambios políticos, en pleno desarrollo sobre lo cual seguimos aprendiendo.
El entrevistado
Para afrontar el reto de entender esta parte de la vida política en pandemia, en este episodio me acompaña Edgard Gutiérrez. Politólogo de la Universidad Central de Venezuela y estratega electoral. Miembro de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos y de la International Association of Political Consultants. En su extendida trayectoria profesional destaca haber asesorado campañas electorales en Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Venezuela. Tanto a nivel local, regional, parlamentario, como presidencial.
Con su soporte analítico y vivencial, profundizaremos sobre estos cambios que se han dado en las campañas electorales del último año, los cambios que tienen hoy los estudios de opinión pública. Así como también ¿cuáles son los nuevos formatos del mensaje político? y cómo diseñar campañas en pandemias, que permitan sortear además el empobrecimiento democrático y económico que padece la región.
Otros episodios:
La Ley Jaguar de Chaves y la democracia en Costa Rica
¿Qué balance político deja AMLO en México?
La reforma judicial y la salud democrática en México
Los dos primeros años de gobierno Petro en Colombia
Entorno electoral en Uruguay
Expresidente Alberto Fernández acusado de violencia doméstica
El poder judicial venezolano consuma el fraude electoral
¿Es sostenible la continuidad de Maduro en el poder?
¿Qué revela la ofensiva represiva del régimen de Maduro?
¿Cómo entender el caos poselectoral venezolano?
Programa producido y conducido por Xavier Rodríguez Franco
Musicalizado por Carolina Marins