Entrevista a Luciana Veiga | 15to. episodio.
Con la expansión global del coronavirus, muchos gobiernos de la región latinoamericana han tenido que lidiar con muchos desafíos. Además de la complejidad biológica del virus, se requiere conseguir un patrón comunicacional claro que preserve la salud pública, al tiempo de permitir de forma segura la productividad de cada país. Y es precísamente en este ámbito, donde se juega en buena medida el éxito o fracaso de esta gestión sanitaria. Contexto especialmente desafiante entre liderazgos populistas, adictos a las medidas de corto plazo, a las soluciones de fe y a los peligrosos excesos de confianza. Tal como ha sido la comunicación política en Brasil y su impacto en los efectos de la pandemia.
Después de más de un año de la llegada de la COVID-19, su Presidente Jair Bolsonaro ha desafiado en innumerables ocasiones la viralidad y mortalidad del virus, así como también con sus declaraciones y acciones ha puesto en riesgo la integridad de las instituciones federales, obstaculizando el diálogo permanente necesario entre los distintos sectores de la sociedad en la promoción de soluciones oportunas. Los datos dan cuenta de este manejo errático de la pandemia. De acuerdo a las cifras oficiales, Brasil es el segundo país latinoamericano con la mayor cantidad de muertos por cada 100.000 habitantes, solamente superado por el Perú.
La entrevistada
Para evaluar en profundidad este panorama, contamos con el análisis de la profesora Luciana Veiga. Politóloga y profesora de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro (UNIRIO). Doctora en Ciencia Política por IUPERJ (atual IESP/UERJ). Presidente además de la Asociación Brasileña de Ciencia Política (ABCP).
Con su aporte, profundizamos sobre el mensaje institucional, sus contradicciones y sus impactos en la gestión sanitaria. Así como también, cómo los resultados de este manejo errático, pudieran erosionar el capital político de Jair Bolsonaro de cara al año electoral del 2022.
La gestión pública en general enfrenta tensiones extraordinarias, dificultades de acceso a las vacunas, muchas incertidumbres sobre la reactivación comercial y una complejidad que pocos gobiernos deciden reconocer y comunicar con responsabilidad a su ciudadanía. Lo cual demanda de mayores niveles de coordinación, interlocución y evaluación profesional de los riesgos, más que de actos de fe, mandatos ideológicos, silencios forzados y supresión a cualquier foco de crítica. En suma, es necesario un gobierno más cognitivo y dispuesto a aprender, que trate a sus ciudadanos como personas adultas y no como una agregación de feligreses con el único deber de creer irreflexivamente en el líder. Tal como lamentablemente ha ocurrido en el Brasil del último año.
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Programa producido y conducido por Xavier Rodríguez Franco