Recientemente el presidente colombiano Gustavo Petro juramentó a cuatro nuevos ministros de su gabinete. Modificaciones con las que busca impulsar su gobierno, de cara a la segunda mitad de su gestión y de un último semestre legislativo del 2024 que promete mayor crispación política.
Dentro de los nuevos integrantes del Ejecutivo, destaca Juan Fernando Cristo, nuevo ministro del interior quien tendrá que gestionar lo que quizá sea la columna vertebral de la gestión de Petro: los consensos para avanzar en reformas sociales sensibles, así como la coordinación para implementar los Acuerdos de Paz. Su papel será determinante en esa convulsa relación entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Por otra parte, tendremos a Martha Carvajalino al frente del Ministerio de Agricultura, quien tendrá que gestionar un esquema de “redistribución justa de tierras” para agricultores y campesinos, por medio de una reforma agraria. La cual ya ha conseguido, en importantes resistencias tanto en las ciudades como en las zonas agrícolas.
También está el caso de Ángel María Buitriago como flamante ministra de Justicia y quién será la encargada de promover, ante el Congreso la polémica reforma judicial. Así como también buscar soluciones a la problemática en la gestión de los centros carcelarios del país.
Finalmente, tenemos el nombramiento de María Costanza García al frente de la cartera de Transporte y quien tendrá por delante las promesas de mejora en la conectividad terrestre y fluvial del país, así como también en la conectividad digital. Un ámbito central en un desarrollo socio-económico aún estancado para el primer semestre del año.
En este contexto de nuevos nombramientos y ante las dificultades para mantener sociedades estables dentro del ejecutivo ¿serán capaces estos nuevos ministros de mantenerse y promover la agenda gubernamental, en un contexto tan polarizado?