Un nuevo año y en Mirada Semanal decidimos comenzar haciendo una revisión de las perspectivas políticas de América Latina para el 2025. Siguiendo el episodio anterior de balance del 2024, quisimos examinar de manera monográfica los aspectos más relevantes de la política hemisférica. Elecciones, condicionantes geopolíticas, la calidad democrática, las libertades civiles y las perspectivas económicas para este año que recién inicia, fueron los temas de este primer episodio del 2025.
El calendario electoral continúa con elecciones presidenciales en Ecuador, Bolivia, Haití, Canadá, Honduras y Chile, así como legislativas en Argentina y del poder judicial en México. Procesos comiciales que si bien se consolidan en la cultura política de la región, presentan severos déficits institucionales para garantizar la transparencia y ante las amenazas en cuanto al debate público ante la proliferación de la desinformación. Sobre este último aspecto, a pesar de los esfuerzos dirigidos a combatir este flagelo, cada vez las «fake news» adoptan patrones más sofisticados y difíciles de regular. Todo lo cual, consigue terreno muy fértil ante la proliferación de la polarización y el extremismo ideológico de buena parte del liderazgo político en la región.
Cabe destacar como aspecto principal que la región estará inmersa una vez más, en lo que muchos analistas avizoran como una escalada arancelaria entre Washington y Pekín. Aún se desconoce el impacto que tendrá para la economía latinoamericana nuevos aranceles y además de una masiva deportación de buena parte de la propia fuerza productiva estadounidense, una vez Donald Trump asuma el poder nuevamente el 20 de enero. Está por verse el alcance real de lo que hasta ahora han sido promesas electorales y las reacciones políticas que provocará en América Latina para el 2025, considerando la precaria articulación de nuestras naciones como bloque regional.
