
El pasado 15 y 16 de julio en Bogotá se celebra la primera cumbre del recientemente creado Grupo de La Haya, en el que líderes de varios países de la región y del mundo, buscan medidas diplomáticas que permitan un cese inmediato de hostilidades en Gaza. En el caso de América Latina destaca la participación de Colombia, Honduras, Bolivia y Cuba, naciones que desde el pasado mes de enero, además de denunciar y condenar la ofensiva israelí en territorios gazatíes, busca frenar el suministro de armas a Israel, al mismo tiempo de hacer cumplir las órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional contra Benjamín Netanyahu por crímenes de guerra. Cabe destacar que este grupo está compuesto también por Malasia, Namibia, Senegal y Sudáfrica naciones que advierten de la gravedad de las masivas “violaciones del derecho internacional” en la gestión de este sangriento conflicto.
Si bien se trata de una iniciativa de países pertenecientes al llamado “Sur Global” cuenta con el respaldo de otras cancillerías a nivel mundial, sin embargo la declaración final del encuentro tuvo importantes ausencias como la de China, Brasil, Chile, Argelia y Egipto. En el caso de Colombia, el énfasis puesto por el Presidente Petro y su Cancillería, busca en buena medida un gesto simbólico con el que distrae la atención de las profundas tensiones políticas que afronta su mandato a nivel doméstico, como lo hemos examinado en Mirada Semanal en episodios anteriores. En este contexto, resulta interesante preguntarnos ¿cuál será el alcance real de este Grupo de La Haya en este conflicto? ¿qué rol desarrollarán los países latinoamericanos, especialmente gobiernos de inocultable talante autoritario como Cuba, Honduras o Bolivia?