Poco después de que el Consejo Nacional Electoral diera a conocer los resultados de las elecciones venezolanas, el entorno político ha adoptado una grave deriva de protestas y represión: un caos poselectoral sin precedentes. Unos resultados sin el más mínimo soporte documental, inmerso además en un proceso comicial con innumerables restricciones, que contrasta abiertamente con los más mínimos estándares democráticos. Todo lo cual además en franca violación de la propia legislación electoral venezolana vigente.
De hecho, hasta la fecha en la que se ha grabado este programa siguen sin publicarse las actas electorales que justifican los resultados del CNE. Siendo este el principal elemento de discordia, que ha provocado una rápida proliferación de protestas espontáneas en simultáneo en todo el país. Las cuales continúan dentro y fuera del país durante este fin de semana. Expresiones de rechazo que desde el propio lunes 29 de julio, el régimen de Maduro ha ordenado sofocar, desplegando un gran dispositivo represivo que hasta los momentos ha conseguido más de 900 detenidos y 19 fallecidos a nivel nacional. Un escenario de violencia política en el que además de los presos políticos ya existentes, se suman más detenciones, mayor censura de medios de comunicación y en suma, mayores restricciones a los derechos humanos y políticos de la ciudadanía venezolana.
Ante este estado de situación, examinaremos los aspectos que ya se conocen a casi una semana de la elección. Así como también evaluar las implicaciones nacionales e internacionales que pudieran desencadenarse, de continuar el esquema represivo y el caos poselectoral que el propio gobierno ha provocado. ¿Qué cabría esperar de mantenerse su indisposición de divulgar, contrastar y eventualmente aceptar, una documentalmente probada derrota electoral? Eso y más lo evaluaremos en esta entrega de Mirada Semanal.