Ecuador se encuentra en medio de una tormenta que viene azotando a la región inclusive antes de la pandemia. Pero la vacunación se ha convertido para el gobierno en un muro que viene conteniendo las demandas de los diferentes sectores sociales, quienes están demostrando poca paciencia ante la resolución de sus exigencias.
A casi dos meses de la asunción de Guillermo Lasso, la principal oferta de su campaña —nueve millones de personas inoculadas en cien días— se va cumpliendo. La diplomacia de la vacuna ha funcionado porque el gobierno ha conseguido que millones de dosis de distintas marcas lleguen al país. Y su alianza con la empresa privada está siendo efectiva en términos de logística y acompañamiento. De esta manera, el presidente ha ganado oxígeno frente a un escenario que comienza a ponerse difícil por la complejidad de la crisis económica.
En menos de dos meses Lasso ya enfrentó el primer intento de paralización por parte del sector agrícola, específicamente de los arroceros, quienes han visto caer el precio del quintal de 100 libras a menos de USD 30, mientras que el arroz que entra de contrabando desde Perú se vende a mejor precio en el mercado.
Otro frente que el Gobierno no puede perder de vista si piensa en la gobernabilidad a mediano y largo plazos es la nueva dirigencia de los pueblos y nacionalidades indígenas que recayó en el liderazgo de Leonidas Iza, quien representa al ala más radical. El antecedente más cercano y que dimensiona la capacidad de movilización del movimiento indígena es su protagonismo durante la protesta social de octubre de 2019. Lasso y Leonidas Iza se encuentran en los polos opuestos en temas de economía, conducción del Estado y medioambiente.
Manejo político, relaciones exteriores y pragmatismo
Todavía no se conoce cómo funcionará el equipo político del Gobierno por diversas razones. El principal protagonista y que fungía como ministro de Gobierno, César Monge, fue reemplazado por Alexandra Vela, debido a motivos de salud que lo tienen alejado de la esfera pública, lo cual ha levantado una ola de especulaciones. Las diferencias entre el Gobierno y sus aliados—Pachakutik e Izquierda Democrática—para elegir a las autoridades de la Asamblea comienzan a evidenciar la falta de una agenda programática. Y el Gobierno busca encontrar el equilibrio interno entre el ala más neoliberal y un equipo más moderado con tinte social.
Simultáneamente a la vacunación, el Gobierno ha apuntalado sus esfuerzos para combatir la desnutrición crónica infantil que mantiene a Ecuador en uno de los peores puestos de la región. La consigna del mandatario es un país libre de desnutrición. Alrededor de este objetivo se han aglutinado diversos sectores empresariales, organizaciones de la sociedad civil, la cooperación internacional y asesores en la materia. Sin embargo, de momento no hay una arquitectura institucional definida para llevarlo adelante.
Ante la crisis económica y los sucesos en la vecina Colombia, el gobierno está siendo muy cauteloso a la hora de tomar cualquier decisión. Ha detenido el envío de un proyecto de Reforma Tributaria y tampoco se conoce de ninguna medida polémica. Si bien aún no enfrenta una crisis e intenta acercarse a distintos sectores, no cuenta con los recursos que puedan satisfacer las múltiples demandas. De ahí que el gobierno no haya encontrado resistencias a su acercamiento a los organismos multilaterales de crédito para resolver necesidades inmediatas.
En materia de relaciones exteriores, el gobierno ha definido claramente su postura. Hay un total distanciamiento con Venezuela y Nicaragua, y ha optado por mantener una relación protocolaria, pero no cercana, con los gobiernos de orientación ideológica a la izquierda, del estilo de Bolivia y Argentina. El presidente ha manifestado preocupación por lo que sucede en Colombia y no ha hecho espacio en sus comentarios a la situación política de Perú. No obstante, juega al multilateralismo para conseguir las vacunas, pues ha dicho que estas no tienen ideología. Pasos pragmáticos, antes que ideológicos.
En ese mismo sentido, en la línea que combina el pragmatismo y la identidad de un hombre de Estado, el presidente ha dado un singular paso con la creación de la Subsecretaría de Diversidades y ha dicho que respeta el criterio de la Corte Constitucional acerca de la despenalización del aborto en casos de violación, pese a sus posiciones conservadoras y su adscripción al Opus Dei. Lasso se ha granjeado el respeto de los colectivos por la diversidad, los que han puesto expectativas sobre posibles políticas públicas que los puedan favorecer.
Los menos de dos meses del gobierno han transcurrido en relativa calma, sobre todo teniendo en cuenta que el país sufre una severa crisis económica, y atravesó una severa crisis política que se inició inclusive antes de la pandemia. Sin embargo, si los diferentes sectores sociales no tienen respuestas efectivas a sus demandas, pese a que de momento no hay recursos, el país podría ser testigo de un nuevo estallido social.
Foto de la Asamblea Nacional de Ecuador