Aunque la oposición ha sorteado con gran flexibilidad los ataques del gobierno y se mantiene en competencia, estamos ante una elección en la que claramente se violan las más fundamentales garantías democráticas.
Aunque la elección se perfila como la menos competitiva en la historia reciente del país, como consecuencia del ventajismo del gobierno, existe una posibilidad real de que la oposición obtenga más votos que el gobierno.
La oposición ha quedado pasmada; el recambio generacional, insulso y carente de contenido, pasó por el partido Movimiento Ciudadano y su candidato, que solo obtuvo el 10% de los votos.
Nunca antes una campaña electoral en Estados Unidos había enfrentado tantos cambios en tan poco tiempo. La pregunta que persiste es si los demócratas podrán reorganizarse de manera efectiva y evitar el regreso de Trump.
Resultados catastróficos para la oposición, que incluso terminan con la vida del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien no alcanza el umbral del 3% para mantener su registro, gobernará en 14 de 32 estados.
l cambio avanza más rápido que las respuestas, y entre los múltiples problemas que esto puede ocasionar en nuestras débiles democracias se encuentra el impacto sobre el voto informado.