Los líderes latinoamericanos mostraron una postura crítica y diversa frente a los desafíos globales, desde la guerra en Gaza hasta la crisis climática y la gobernanza internacional.
El cambio climático, la mayor externalidad negativa de la historia, golpea con fuerza a América Latina: agrava la desigualdad, amenaza los bienes comunes y exige una acción colectiva urgente para evitar una tragedia global.
Los grandes fondos financieros y gobiernos que prometieron liderar la lucha climática hoy retroceden, priorizando negocios fósiles y debilitando los compromisos globales.
Los manglares, guardianes del carbono azul, son una oportunidad clave y aún desaprovechada para que América Latina y el Caribe eleven la ambición de sus compromisos climáticos rumbo a la COP30.
Más que ecosistemas, los manglares son un escudo vital para millones de personas en el Caribe: protegen comunidades, sostienen economías y guardan la llave de la resiliencia climática. Su protección emerge como prueba crucial de voluntad política y cooperación regional.