Con las alteraciones radicales del clima, deberían cambian los hábitos, las percepciones y las reacciones frente a las causas que los provocan. ¿Pero es eso lo que nos apuntan los datos de opinión pública?
La noción de justicia climática pone sobre la mesa las desiguales responsabilidades históricas y presentes de los países, empresas y personas respecto a la crisis climática.
El sur de Brasil está bajo agua. Lo que era excepcional hoy es parte de la nueva normalidad. La adaptación, los planes de emergencia climática y la valoración de los ecosistemas deben ser incorporados a la política. Se trata del mundo que dejaremos a nuestros hijos e hijas.
Toda crisis impone desafíos pero abre también ventanas de oportunidad y de cambio que que son aprovechadas por algunos. Otros, sin embargo, se postran ante la desesperanza y el miedo.
La crisis climática que vive Rio Grande do Sul ya es la mayor de la historia de Brasil pero cuando el agua retroceda tendremos una mejor visión de la infraestructura destruida, las pérdidas económicas y, lo más importante, el número de muertes.
El agua afecta todos los aspectos del desarrollo, por ello es necesario abordar su problemática de manera integral, interdisciplinar y transdiciplinar.