El gobierno ha cancelado más de 950 oenegés, asociaciones médicas y educativas, obras sociales de la Iglesia católica, y sobre todo los proyectos de desarrollo social y comunitario que apuntalan una ciudadanía activa, con el objetivo de instalar un régimen totalitario.
El gobierno nicaragüense -controlado por el presidente Ortega, su esposa Murillo y el Frente Sandinista de Liberación Nacional- está utilizando nuevas leyes para arrestar a sus rivales políticos y acosar a los medios de comunicación independientes de cara a las elecciones previstas para noviembre.