Los ataques a la ciencia en Argentina y en el mundo no son hechos aislados, sino parte de una ofensiva política y cultural que desfinancia, deslegitima y convierte al conocimiento en un enemigo ideológico.
Los grandes fondos financieros y gobiernos que prometieron liderar la lucha climática hoy retroceden, priorizando negocios fósiles y debilitando los compromisos globales.
Las teorías conspirativas y la desconfianza en la ciencia no solo hacen parte de las narrativas, sino que tienen cada vez más incidencia en la formulación de políticas públicas.
Los riesgos que plantea el calentamiento global se han convertido en un foco ineludible del mercado financiero quien se proyecta a través de lo que se conoce como "finanzas verdes".
Si hay algo que no se le puede achacar a Jair Bolsonaro es su falta de coherencia al tratar la crisis sanitaria. Si desde el comienzo integró junto a Trump, Johnson o López Obrador, el grupo de negacionistas, hoy, el presidente brasileño, es el único que continúa poniendo en duda las recomendaciones de la comunidad científica internacional.