Desde el punto de vista de la salud pública, la dependencia de ultraprocesados incrementará la carga de enfermedades no transmisibles, además de los costos sociales y económicos asociados.
Necesitamos líderes en salud con formación en salud pública, que combinen conocimientos médicos con habilidades en gestión, epidemiología y promoción de la salud.
La desigualdad en el acceso a la atención médica sigue siendo un problema grave: muchas comunidades vulnerables aún enfrentan barreras significativas para recibir atención adecuada.
Los avances regionales no son suficientes para contrarrestar el estancamiento global en la lucha contra el hambre, y la realidad de la inseguridad alimentaria persiste.
La proliferación de laboratorios clandestinos y la falta de regulación en la industria farmacéutica han contribuido al paulatino surgimiento de nuevas drogas sintéticas en la región.