Un nuevo informe alerta que nuestra forma de producir y comer ya ha rebasado los límites del planeta, y que solo una transformación alimentaria profunda podrá evitar que alimentar al mundo siga siendo una amenaza para su supervivencia.
Desde el punto de vista de la salud pública, la dependencia de ultraprocesados incrementará la carga de enfermedades no transmisibles, además de los costos sociales y económicos asociados.
Los avances regionales no son suficientes para contrarrestar el estancamiento global en la lucha contra el hambre, y la realidad de la inseguridad alimentaria persiste.