El problema es que los líderes y partidos populistas, si bien aceptan a grandes rasgos las reglas del juego democrático, tienen una retórica que tensiona con el componente pluralista de la democracia.
La teoría del dominio del hecho, una figura del derecho penal, podría aplicarse en el caso de Bolsonaro: esta permite responsabilizar a quien tiene poder decisivo sobre un acto delictivo.
Los actuales tiempos de democracias fatigadas están generando momentos que poco a poco se han ido decantando hacia la configuración de gobiernos caracterizados por la baja calidad de sus integrantes.