Los mítines multitudinarios en las plazas, los conciertos en las canchas de fútbol y la utilización de cualquier espacio de concentración masiva para capturar voluntades han quedado atrás. La disputa por los votos durante la campaña electoral en Ecuador se está produciendo en Facebook, Instagram, Whatsapp y Tik Tok, donde todo es posible e inmediato.
El papel de las redes sociales en la política hace tiempo que dejó de ser anecdótico y estas elecciones lo confirman. A causa de las medidas de confinamiento debidas a la pandemia, la ocupación de los espacios digitales para la propaganda se volvió inevitable y replanteó la manera de acercarse a los electores del país andino.
La política tradicional ha caído en la esfera de la inmediatez y de aquello que Zygmunt Bauman denominó el mundo líquido, debido a la velocidad con la que circulan en las redes los mensajes audiovisuales de los 16 candidatos a la presidencia, en un formato menor a un minuto y privilegiando la imagen.
Frente a la fatiga que provoca la pandemia, varios de los estrategas políticos pretendieron hacer la vida fácil a los electores con mensajes de campaña que estuvieran cargados de entretenimiento. Varios aspirantes a la primera magistratura se convirtieron en “showman”. El candidato de la Izquierda Democrática, Xavier Xervas, protagonizó un vídeo en el que conducía un scooter y rebasaba a sus rivales, y el candidato Yaku Pérez de Pachakutik tocaba su saxofón bailando con su pareja.
Sin embargo, no es una condición inevitable que las redes sociales se lleven bien con todos los candidatos y viceversa. Y esto no es un tema generacional, pues tenemos a Bernie Sanders en los Estados Unidos quien refrenda su liderazgo ante los millennials y centennials, no solo por la defensa de sus causas, sino por el manejo de las tecnologías de la información. Mientras que, al otro lado, podemos observar campañas muy bien financiadas en la esfera virtual pero sin resultados positivos, como la de Hillary Clinton. Con la distancia del caso, en Ecuador todos los candidatos se volcaron a las redes con rendimientos distintos.
Tampoco es una regla que los candidatos para el terreno tradicional (off line) sean iguales de asertivos en el mundo on line. Un caso concreto es Guillermo Lasso, exbanquero y líder de la agrupación de derecha CREO, quien se postula por tercera ocasión a la presidencia. Le costó hacer campaña en las redes sociales, pues venía acostumbrado a recorrer el país mediante un acercamiento cara a cara con la gente a la vieja usanza. Y pese a que pasó a la segunda vuelta con el 19,74%, su estrategia tuvo dificultad para hacer proselitismo digital.
Un caso similar es del joven candidato Andrés Arauz (35 años), quien llegó primero para la segunda vuelta y que proviene de las filas del correísmo. Alcanzó el 32.7% de los votos, seis puntos por debajo de los que cosechó Lenín Moreno en la primera vuelta, en el 2017. Sus estrategas creyeron que la joven edad de Arauz atraería por sí sola el voto joven; sin embargo, y pese al uso de aplicaciones como Tik Tok, con mensajes ligeros sin contenido político, la campaña no sólo no despegó en las redes, sino que se mantuvo con el nicho electoral del expresidente, Rafael Correa.
Los candidatos que ganaron en redes
En cambio Yaku Pérez, líder del movimiento indígena (19,38%), y Xavier Hervas, outsider que corrió por la Izquierda Democrática (15,97%) tuvieron el mejor desempeño en el uso de las redes sociales.
Estos candidatos, que quedaron en tercero y cuarto lugares en la votación, supieron dotarle de sentido a los mensajes en dos dimensiones. En primer lugar, expresaron la idea del ciudadano común que comparte con su pareja momentos de alegría (Yaku) y, en segundo lugar, que sí se puede transmitir un mensaje político con entretenimiento (Hervas).
Yaku y Hervas usaron las redes de manera óptima, no sólo porque millones de personas vieron sus actuaciones en aplicaciones como Tik Tok, sino porque las percibieron como amigables y con sentido del humor. Estos dos elementos podrían explicar el éxito que tuvieron en el mundo on line. Esto no invisibiliza el hecho que el candidato del movimiento indígena viene de una larga trayectoria por la defensa del agua.
Pero la verdadera revelación de las últimas elecciones fue Xavier Hervas, quien arrancó la campaña electoral sin tener apenas popularidad y que se logró posicionar en el cuarto lugar en menos de seis meses, resucitando a un dinosaurio de la política ecuatoriana, la Izquierda Democrática, el tradicional partido socialdemócrata de la región Sierra, donde se encuentra Quito, la capital del país.
La campaña del debutante se concentró en las redes sociales, a las cuales volcó total energía, pues llegó a centralizar su actuación pública detrás de una pantalla, sin descuidar el más mínimo detalle ya que él mismo respondía los mensajes de sus seguidores, come aseguran varios de sus asesores de campaña.
Redes y otros demonios
No se ha comprobado que las redes condicionan una elección al punto de declarar ganadores de manera anticipada, pero sí deja una lección en tiempo de Covid-19: la aceleración en el uso de las tecnologías de la información por parte de los estrategas de campaña y la entronización de la imagen en formatos cada vez más cortos y de alto impacto. El mensaje de la política pasa por ser digerible, claro y entretenido con el riesgo de convertir la política en espectáculo. En su momento lo advirtió el politólogo italiano, Giovanni Sartori, en su libro el Homo Videns.
El hecho que surjan candidatos que nacen en las redes advierte que el comportamiento del electorado no está únicamente en el mundo off line, es decir, en la cotidianidad por fuera de las pantallas de los celulares, tabletas y cualquier dispositivo de ese orden, sino que también está en los usos y hábitos de consumo de las tecnologías digitales en los distintos segmentos de la población. Además, el confinamiento exacerbó el consumo de la información política inmediata o del contenido que se viraliza en cuestión de segundos.
¿Lograrán los dos candidatos finalistas para la segunda vuelta lo que sí consiguieron sus contrincantes, Yaku y Hervas, en el mundo de las redes sociales? Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta un aspecto fundamental: que el éxito no depende únicamente del buen uso de las aplicaciones y plataformas por parte de los candidatos, sino de la voluntad del electorado para que en sus espacios digitales entre la política y los políticos.
Episodio relacionado de nuestro podcast:
Foto de Antonio Rull na Foter.com / CC BY-NC-SA