La emergencia sanitaria causada por la pandemia del Coronavirus en el mundo descolocó los grandes y tradicionales objetos de investigación de la Ciencia Política. En su búsqueda por la autonomía disciplinaria la Ciencia Política ha ido conquistando un campo de conocimiento dentro de la Ciencias Sociales que es cada vez más respetado entre las diferentes comunidades académicas.
La construcción de su campo de saber, sin embargo, solo se fortalece en la medida en que diferentes movimientos y tendencias dentro de la Ciencia Política entran en relación de fuerza por dominar dicho campo. Tradicionalmente, tanto en Estados Unidos como en Europa, el método cuantitativo ha incursionado con gran aceptación, incluso en diferentes comunidades latinoamericanas. El poder de las estadísticas ha dado confianza a la Ciencia Política para presentar sus aportes al mundo académico con mayor criterio científico.
Desde la aparición de la pandemia se ha visto la necesidad de hablar en términos científicos, especialmente desde el campo de la salud y la estadística. La relación Salud, Tecnología y Estadística ha tomado la voz dominante en medio de un desconcierto e incertidumbre mundial causados por el arribo del mortal virus, la Covid 19.
Los gobiernos nacionales, regionales y locales han tenido que activar mecanismos legales de excepción para poder hacer frente al desconocido virus. Como en tiempos de guerra, el poder ejecutivo ha centrado en sí mismo, el poder científico, político, legal y militar; y millones de ciudadanos de todo el mundo se han visto obligados a confinamientos que han ocasionado, en muchos casos, el abandono de sus trabajos e incluso de sus libertades individuales, sociales y políticas, todo por la salud, por la vida, como afirman constantemente los gobernantes.
También, para la Ciencia Política, el virus provocó una descolocación social que apenas puede entender e interpretar. La presencia y el poder del discurso médico en la escena pública ha inmovilizado muchos actores sociales, políticos e intelectuales que dinamizaban constantemente la vida de los estados en el mundo.
Ante este incierto escenario de crisis de salud pública y salud democrática cabe preguntarse por el rol que debe cumplir hoy la Ciencia Política.
En este sentido, la Ciencia Política debe volver a sus orígenes como Ciencia Social y denunciar y silabar a las sociedades los abusos o desbordamientos legales y políticos de los actores de poder que en los estados de excepción están tomando el protagonismo en tiempos de Coronavirus. Así como, salvaguardar la necesaria conexión democrática entre la vida de los ciudadanos y la vida de las instituciones en tiempos de cambios e incertidumbres es un reto en medio de confinamientos obligatorios preventivos.
Un segundo reto para la Ciencia Política es disponer todo su armazón metodológico y de contenidos para pensar y repensar las nuevas instituciones públicas nacionales, regionales y locales que respondan a las complejas relaciones entre Salud Pública y salud democrática, haciendo un diálogo trasversal con diferentes saberes como las Ciencias de la Salud, las ingenierías y las Ciencias Humanas con el fin de dar luces locales y nacionales a la llamada “Nueva normalidad”.
Foto de wallyg en Foter.com / CC BY-NC-ND
Autor
Profesor y Director de la Facultad de C. Política de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín). Doctor en Español de la Univ. Rennes 2 (Francia). Investigador junior de Colciencias. Presidente de la Asociación Colombiana de Ciencia Política (ACCPOL).