De la burocracia clásica a la Nueva Gestión Pública, la Administración Pública ha cambiado junto a las transformaciones políticas, económicas y sociales que han redefinido el papel del Estado en el mundo.
Los intereses de la política y el sector privado han hecho uso y abuso del empleo público fuera de los fines específicos para los que han sido designados.
El aumento del autoritarismo, las restricciones a los derechos fundamentales y la ineficacia de los sistemas de justicia son factores que inciden en su declive.
En el complejo escenario de las relaciones internacionales en el siglo XXI, resulta fundamental reconsiderar estrategias frente a las tensiones interestatales actuales.