Una pandemia sin precedentes se ha desatado en prácticamente todo el mundo, ya empieza a ampliarse en América Latina y a poner a prueba los sistemas de salud de los países afectados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un sistema de salud es un conjunto de organizaciones y personas, así como las respectivas medidas que tomen, cuyo principal propósito es fomentar, restaurar y mantener la salud. Esta definición comprende no solamente al Gobierno, el cual debe encabezar y coordinar estas acciones, sino también la responsabilidad compartida de toda la población y de las organizaciones e instituciones cuyas medidas inciden en la salud: desde las familias resguardándose en casa, pasando por la población estudiantil que aprende a distancia, los medios de comunicación informando y los negocios cerrando temporalmente, hasta el gremio médico atendiendo los casos más delicados. En tanto en cuanto se articule el esfuerzo de individuos, sociedad y Gobierno, los sistemas de salud latinoamericanos podrán enfrentar mejor esta pandemia de la COVID-19.
Este artículo analiza qué tan preparados están seis países latinoamericanos (Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México y Perú) para fomentar, mantener y restaurar la salud frente a la pandemia, plantea los retos que enfrentarán para atenderla e identifica una oportunidad histórica para que la salud pública sea reconocida.
Sus sistemas de salud fueron seleccionados porque cuentan con los datos necesarios para realizar el análisis, representan a los más poblados del continente y son similares en su estado general de salud que ha sido medido con base en la esperanza de vida al nacer que cuenta con un promedio de 77 años y un rango de entre 80.4, en Chile, y de 75.1, en México.
¿Qué tan preparados están los sistemas de salud para enfrentar la pandemia?
Ante la falta de una respuesta global enérgica por la epidemia del ébola en 2014, la Iniciativa de Amenaza Nuclear, el Centro de Seguridad en Salud de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins y la Unidad de Inteligencia de The Economist crearon un índice global de seguridad en cuanto a la salud (GHSI, por sus siglas en inglés), que fue publicado apenas unos meses antes del primer brote del coronavirus en China. Dicho índice sirve para medir la capacidad de 195 países, a fin de prevenir, mitigar y responder a una pandemia como la padecida actualmente mediante el empleo de diferentes indicadores.
El puntaje total (0-100) de cada país es la suma ponderada de seis categorías: prevención, detección, respuesta a emergencias, capacidad de atención médica, cumplimiento de normas internacionales y vulnerabilidad a riesgos políticos, socioeconómicos y ambientales.
Cada categoría se califica, a su vez, en una escala que va del 0 al 100. Puntajes más cercanos al 100 representan condiciones sanitarias más favorables, y las más cercanas al 0 son las condiciones menos favorables. La calificación más alta la obtuvo Estados Unidos con 83.5 y la más baja, Somalia con 0.3. El índice se puede consultar y analizar en https://www.ghsindex.org. Si bien este indicador es nuevo, proporciona información relevante y oportuna, que está disponible en múltiples fuentes. A su vez, fue sometido a un proceso riguroso de validación y puede probarse con la base de datos que está en su página. Además, deben interpretarse considerando el contexto actual de cada país.
Brasil, junto a los otros países del Cono Sur, alcanzaron la mayor calificación, cercana al 60, mientras que los andinos, menos de 50. Entre los países de ingresos altos y mejor preparados, el puntaje promedio del índice es de 51.9 en comparación con el promedio de 54.6 de estos seis sistemas latinoamericanos. Para poner estas cifras en perspectiva, los países que mejor han respondido a la pandemia, como es el caso de Corea del Sur y Suecia, obtuvieron 70.2 y 72.1, respectivamente. Esto implica que estos últimos, en general, estarían mejor preparados que el promedio del resto del mundo, incluso que algunos países de ingresos altos, para enfrentar una pandemia como la actual. Más importante aún es que permite identificar los retos y las oportunidades, con el objeto de mejorar sus respectivas capacidades de respuesta a la afección.
Retos para enfrentar la pandemia
Prevenir, además de detectar y controlar, más que curar, parecerían ser la estrategias más efectivas, a fin de enfrentar la pandemia en estos sistemas de salud latinoamericanos, cuyo componente de atención médica no parece estar lo suficientemente fuerte como para resolver todos los casos más complicados. Estas estrategias, sin embargo, plantean dos importantes retos.
Actualmente, existe un exceso de información falsa o poco útil, lo que provoca miedo o genera desconfianza en el Gobierno»
Actualmente, existe un exceso de información falsa o poco útil, lo que provoca miedo o genera desconfianza en el Gobierno. Por ejemplo, México parece tener un subregistro de casos (para el 6 de abril) al haber reportado 1.7 casos por 100 mil personas en comparación con el promedio de 4.1 casos. Esto, sin contar Chile, que tuvo una detección de 25.5 casos por 100 mil personas (véase coronavirus.jhu.edu). Por ello, el primer reto es crear información confiable, creíble y útil para que el Gobierno, la sociedad civil y la población en general adopten las medidas sanitarias adecuadas como lavarse las manos frecuentemente, mantenerse recluido en casa, realizar pruebas para detectar el mayor número de casos posible y aislar a los confirmados, con el objeto de reducir el contagio.
Un estudio reciente realizado con datos de movilidad que se obtuvieron en 131 países en www.google.com/covid19mobility muestra que el confinamiento social es una práctica generalizada en Argentina y Colombia, donde la movilidad se redujo en promedio 86%; en Perú, 82%; en Chile, 73%, y en Brasil, 71%. En cambio, en México fue solamente del 35%.
Estas medidas permitirán, a su vez, disminuir el número de casos más graves que requieran ser hospitalizados, que es el segundo reto. Esto implica disponer de sistemas de atención médica fuertes, con capacidad resolutiva, además de personal, equipos e insumos necesarios. Aunque los datos que se requieren para hacer un análisis más riguroso no están disponibles, si se compara el gasto público en salud y la razón de mortalidad materna como un indicador confiable de desempeño del sistema de atención médica, Argentina es el que más invierte, y México, el que menos. Este último presenta un 5.4% con respecto al total de su PIB (en comparación con el 4.1 promedio). En cuanto al desempeño, México encabeza la lista con la menor mortalidad materna. Así, presenta 34 muertes por 100 mil nacidos vivos en comparación con el promedio de 44.25 y la tasa más alta de Perú con 70.
Oportunidad histórica para afrontar la pandemia
Con estas capacidades y retos por delante, los sistemas de salud latinoamericanos tienen una cita con la Historia. Es la oportunidad de que, en conjunto, desde sus respectivos ámbitos de acción, el Gobierno, la sociedad civil, con sus diferentes instituciones y organizaciones, así como la población misma, asuman su responsabilidad, y que, con acciones fundamentalmente de prevención, contribuyan a disminuir los efectos de este coronavirus tan contagioso, pero aparentemente no tan letal.
Las autoridades sanitarias podrán demostrar la importancia del sector salud, coordinando todos los esfuerzos, gestionando más recursos a corto plazo para atender la situación actual, pero también para fortalecer sus sistemas a mediano y largo plazo y ejercer el liderazgo para el que fueron designados. Su llegada oportuna y su respuesta efectiva determinará si su capacidad fue suficiente para atender la pandemia más importante en la región.
Foto de Miquel Lleixà Mora en Foter.com / CC BY-NC-ND
Autor
Profesor e investigador del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Especializado en políticas públicas y salud.