Desde una perspectiva de derechos humanos, lo que estamos presenciando en Estados Unidos es un profundo retroceso en la política de acogida de los migrantes, lo que pone de relieve el actual colapso de la hospitalidad cosmopolita liberal kantiana.
La agenda de política exterior del grupo dominante dentro del nuevo gobierno de EEUU es una mezcla poco coherente de mercantilismo, aislacionismo y revisionismo iliberales.
El nuevo gobierno podría engendrar una forma de nacionalismo económico caracterizado por el proteccionismo comercial, desregulación masiva de los sectores de finanzas digitales e IA y un apoyo inquebrantable a los combustibles fósiles.