Con la aprobación de la reelección indefinida, Nayib Bukele consolida su poder absoluto y empuja a El Salvador hacia su mayor retroceso democrático en décadas.
Durante su campaña presidencial, Trump prometió deportar a todos los estudiantes extranjeros que participaron en las protestas universitarias en contra de las políticas de Israel.
Esta tendencia de privar de la ciudadanía o la nacionalidad a los opositores políticos y defensores de derechos humanos demuestra que la colaboración entre las autocracias de la región es permanente.
Generalizar sus características solo genera sesgos analíticos que no contribuyen a la explicación científica y a la pregunta de: ¿por qué la gente está optando por líderes autoritarios?
La familia Bukele ejecuta un gasto multimillonario en ejércitos de desarrolladores dedicados a multiplicar la propaganda oficial en redes sociales y a apagar las voces disonantes.