El Caribe se encuentra en un momento histórico: continuar por un camino de degradación o construir una economía azul regenerativa basada en el cuidado de las personas y los ecosistemas.
Ante un orden internacional en transformación, el Gran Caribe debe asumir con urgencia una integración firme y coordinada para dejar atrás la fragmentación y consolidarse como un actor geoestratégico relevante.