A pesar de los avances del pasado, hoy la sociedad costarricense convive con el enojo, el pesimismo, la desesperanza y la violencia, sentimientos y percepciones que aparecen en las encuestas.
La erosión del respaldo a los partidos tradicionalmente dominantes en las elecciones municipales ha abierto múltiples espacios para agrupaciones emergentes que aprovechan para disputar y convertirse en agrupaciones competitivas a nivel local.
Costa Rica ha roto con ciertas prácticas del pasado como el bipartidismo y la pervivencia de una clase política tradicional y se ha sumergido plenamente con los nuevos tiempos de la política que han diluido los marcos relativamente estables existentes hasta hace pocos años.
Reproduciendo el modo de selección de personal de las entidades privadas, Chaves busca conformar un gobierno más allá del sistema de partidos y sin priorizar el programa de gobierno con el que acudió a las elecciones.
Pese a las llamadas de atención acerca de los comportamientos confrontativos de Chaves, la mayoría de la población, molesta con el statu quo, ha considerado que sus modos desafiantes tienen más probabilidad de cambiar la situación del país.