La crisis climática golpea a América Latina con una fuerza desproporcionada, revelando una región cada vez más vulnerable y un mundo que no está cumpliendo sus propias promesas.
El cambio climático, la mayor externalidad negativa de la historia, golpea con fuerza a América Latina: agrava la desigualdad, amenaza los bienes comunes y exige una acción colectiva urgente para evitar una tragedia global.
Impulsados por crisis económicas, migraciones forzadas y ausencia de políticas públicas, millones de latinoamericanos levantaron sus hogares en los márgenes urbanos.
El país se encuentra actualmente en un ciclo de insatisfacción ciudadana y cuestionamiento institucional que sobrepasa el tema coyuntural que nos obliga a mirar un poco más atrás.