El ataque naval de EE. UU. frente a Venezuela marca no solo una escalada militar en la región, sino también el desmantelamiento del orden internacional liberal y el retorno a la coerción unilateral de Washington.
El 4 de julio de 2025 marca no solo una efeméride nacional, sino un retrato incómodo del presente político, científico y diplomático de Estados Unidos bajo el segundo mandato de Trump.
El éxito de potencias como China y Estados Unidos, impulsado por la intervención estatal, evidencia la falacia del dogma neoliberal del libre mercado y subraya la necesidad de adoptar políticas pragmáticas y libres de ideologías rígidas.
Más que redefinir su estrategia de negociación, la región necesita equilibrar el poder relativo y elevar el costo de un incumplimiento para Estados Unidos. Por eso es fundamental que los países con TLC —e idealmente todos— coordinen su respuesta.