El ex presidente Donald Trump respaldó oficialmente a Jair Bolsonaro en su intento de reelección. ¿Pero hasta qué punto un elogio de Trump le puede servir a Bolsonaro?
Una diferencia clave entre el populismo y el fascismo es que para los populistas, si bien una persona puede personificar al "pueblo" y la nación, los resultados electorales importan. En cambio, el fascismo implica un poder permanente, más allá de las urnas.
Esta forma de deformar la realidad tiene un precedente en la historia de la mentira fascista. Donald Trump está utilizando esta crisis para impulsar su marca de autoritarismo y ubicarse no como un funcionario electo, sino como un líder que posee la verdad y cuya autoridad es "total".