Tan políticamente correcto ha sido Messi a lo largo de su carrera, evitando minuciosamente cualquier tipo de afirmación política, que su aceptación como mercancía transnacional global ha sido natural.
El fútbol y la política son, sobre todo en América Latina, dos pasiones que van de la mano, mal que les pese a todos aquellos que aseguran que no hay que mezclar ambas aficiones.
El mundial en Catar estuvo signado por la polémica. Desde la controvertida adjudicación del emirato como sede a las condiciones de vida de los miles de trabajadores migrantes, hasta las amenazas a los jugadores en caso de plegarse a alguna manifestación.
Durante el Mundia del 78' Argentina vivía bajo una dictadura militar. Para algunos historiadores ese año fue el punto álgido del régimen militar, menos por los éxitos del gobierno y más por los triunfos nacionalistas en las competiciones internacionales.