La expansión de la inteligencia artificial en América Latina expone profundas brechas digitales que afectan a los Pueblos Indígenas, pero también abre la oportunidad de incorporar sus saberes ancestrales en un tránsito hacia una “sabiduría artificial” más inclusiva y descolonizada.
La gobernanza mundial de la IA avanza sin América Latina, que adopta reglas ajenas mientras su voz sigue ausente en las mesas donde se decide el futuro digital.
América Latina enfrenta una encrucijada histórica: adaptarse a una inteligencia artificial diseñada por otros o crear su propio futuro tecnológico con justicia y soberanía digital.
La revolución de la inteligencia artificial enfrenta su propio espejo: los algoritmos también heredan los sesgos y desigualdades de la sociedad que los crea, y comprenderlo es clave para construir una IA verdaderamente inclusiva.
En una región marcada por profundas desigualdades, la inteligencia artificial refleja y amplifica los sesgos de género de la sociedad, convirtiendo un desafío tecnológico en un problema de desarrollo humano.