No basta que la presidenta diga que está en sintonía con el gobierno estadounidense en la lucha contra las ahora “organizaciones terroristas”, sino que hay que pasar a la acción.
Tras el abuso que se ha cometido en México, la oposición, pese haber obtenido el 44 % de los votos legislativos, está subrepresentada, y eso es una debilidad de la presidenta y su equipo de gobierno.
Han desaparecido algunos organismos autónomos que fueron emblema de los pactos legislativos de la llamada transición del autoritarismo priista a la democracia representativa.
Los cambios constitucionales y reglamentarios en materia judicial en México muestra que el país no otorga garantías para los intereses estadounidenses.