La oposición ha quedado pasmada; el recambio generacional, insulso y carente de contenido, pasó por el partido Movimiento Ciudadano y su candidato, que solo obtuvo el 10% de los votos.
Lo que resuelva el INE, en materia de integración del Congreso de la Unión y el Tribunal Electoral del Poder Judicial, abrirá un compás entre la preservación de los contrapesos democráticos o la debacle con un hiperpresidencialismo.
Resultados catastróficos para la oposición, que incluso terminan con la vida del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien no alcanza el umbral del 3% para mantener su registro, gobernará en 14 de 32 estados.
En la era de la sociedad red, apostar por el respeto, la empatía y sensibilidad debería ser una de las premisas elementales de la próxima mandataria, es decir, propulsar una comunicación para la diversidad.
El desprecio al electorado es lo que tiene a la oposición en la lona sin poder aceptar su contundente derrota e incapaz también de reestructurarse as misma.
Más allá del camino que tome el el próximo gobierno, los contrapesos son esenciales para fortalecer las instituciones y minimizar los riesgos del surgimiento de gobiernos autoritarios.