La presión ejercida por Trump sobre México ha forzado un giro en la estrategia antidrogas del gobierno de López Obrador, que ahora actúa bajo la lógica de negociación impuesta por el trumpismo.
No basta que la presidenta diga que está en sintonía con el gobierno estadounidense en la lucha contra las ahora “organizaciones terroristas”, sino que hay que pasar a la acción.
Tras el abuso que se ha cometido en México, la oposición, pese haber obtenido el 44 % de los votos legislativos, está subrepresentada, y eso es una debilidad de la presidenta y su equipo de gobierno.