Las purgas constantes y el descontento generalizado sugieren que muchos traicionarán a la primera dama para buscar otro rumbo para la nación ante la inminente sucesión.
El régimen Ortega-Murillo prepara un traspaso de poder basado en su propio círculo de confianza con el fin de continuar su proyecto familiar dictatorial.
La reciente depuración de más de 900 funcionarios del Sistema Judicial Nicaragüense es uno de los cambios estructurales más significativos que marcan el inicio de la sucesión de Ortega y Murillo.
La supresión de la observación electoral calificada es una consecuencia del declive democrático de Nicaragua. Y es que las misiones de observación estaban entre los actores que alertaron sobre la progresiva evolución de la ofensiva de Ortega.