Cada vez son más los países cuyos procesos electorales están acompañados por secuestros, ataques y asesinatos. Los candidatos no solo deben preocuparse por los votos; ahora deben procurar llegar vivos a las elecciones.
Yo crecí en un país pacífico, donde no había miedo de ir a las urnas, donde hacer política, tal vez, no era la mejor decisión, pero no te costaba la vida.
El aumento de la violencia política es una clara señal de la falta e incluso del abandono de los valores democráticos actuales, como el derecho a la disidencia y la tolerancia.