Coautora Fany Ramos Quispe
Ante la necesidad de un diálogo en el que se pueda construir de manera abierta y conjunta una ciencia que considere con equidad los diferentes ámbitos de conocimiento, incluyendo los indígenas, locales y ancestrales, donde se puedan valorar sus aportes a la sociedad y a mantener la vida, se están abriendo espacios de diálogo intercientíficos. Se trata de procesos de investigación transdisciplinaria, los cuales cuentan con herramientas de la diplomacia científica que sirven para los espacios de negociación y decisión sobre temas ambientales. En ese contexto, el 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y este año se reconoce más que nunca la importancia de su sabiduría para enfrentar la múltiple crisis que vivimos.
El papel de la juventud indígena como agentes de cambio también ha sido reconocido; sin embargo, es necesario construir una ciencia y espacios de decisión que vayan más allá del mero reconocimiento. La ciencia y los espacios de decisión deben facilitar el diálogo y la acción colaborativa entre los diferentes sistemas de conocimiento y tanto personas como entes que los poseen y practican.
En esta línea, en junio se abrió un diálogo intercientífico en el congreso SRI2023, que se hizo en Panamá, donde académicos, representantes de Gobiernos, de la sociedad civil, de pueblos indígenas, de comunidades locales y afrodescendientes (Picla), y de sus jóvenes, compartieron sus conocimientos para buscar soluciones a las numerosas crisis que vivimos.
En este diálogo, los grupos se identificaron a sí mismos como defensores de la Madre Tierra, del conocimiento y las sabidurías ancestrales, que encuentran soluciones a diario a los grandes problemas climáticos y ambientales. Sin embargo, aún predomina en nuestras sociedades una visión de la sostenibilidad que responde al mercado y que presiona a los sistemas de vida y sus valores.
Los Piclas propusieron en una declaración algunas medidas para avanzar hacia una ciencia más notoria, colaborativa, equitativa y participativa. En primer lugar, se propone trabajar para garantizar una participación equitativa de los Piclas y, especialmente, de las mujeres en eventos de ciencia transdisciplinaria. Además, aspira a alcanzar resultados que respondan a las necesidades de las zonas, así como evitar el extractivismo ontológico y epistémico. Otra de las medidas sirve para facilitar una participación cohesiva y simbiótica entre los representantes de los Piclas y comunicar los resultados para fortalecer la divulgación de la sabiduría ancestral. Y, finalmente, se busca abrir espacios de prácticas de conexión espiritual, ya que estas son parte de la sabiduría ancestral.
Reflexiones sobre el diálogo intercientífico y la sabiduría ancestral
Existen grandes retos para democratizar la información y los espacios de decisión. La sistematización y divulgación de los conocimientos regionales, comunitarios y ancestrales son fundamentales y los modelos de vida que han heredado los Piclas contienen conocimientos que originan y perpetúan lo que hoy en día se conoce como desarrollo sostenible. Algunas de estas prácticas están relacionadas con la construcción de sistemas de producción y procesamiento de alimentos para la soberanía alimentaria y tienen a las mujeres como principales protagonistas, guardianas de la vida, y como canales tanto de transmisión como de revitalización de la lengua materna, de las tradiciones y costumbres de la comunidad.
Para la reconstitución y el fortalecimiento del conocimiento sobre los territorios de los Piclas se requiere la recuperación o creación de datos no solo de las personas, sino también de los mismos sistemas de vida donde habitan. Además, es necesario diferenciar entre experimentación, que usualmente se da en lo científico-académico/occidental-moderno, y la experiencia, que se transmite en los territorios y las comunidades de los pueblos indígenas.
Para construir sistemas integrados de conocimiento, también se deben fortalecer las capacidades de las zonas e incluir a los más jóvenes, sin olvidar la importancia de la equidad y la diversidad de conocimientos. La generación de experiencia va más allá de la experimentación; tiene que ver con saber sentir, saber pensar, saber decir, saber querer, saber hacer.
La ciencia requiere cambiar, para lo cual es fundamental el diálogo entre los diferentes sistemas de conocimiento. Es decir, hay que acercar la llamada ciencia y la sabiduría ancestral, de manera que construyan políticas y soluciones que no ignoren los sistemas de vida de los Piclas como se ha hecho hasta ahora. La sociedad civil debe estar en las mesas de toma de decisiones no solo como observadores, sino también como agentes activos en la definición de los problemas que la ciencia pretende resolver, y en la exploración y construcción colaborativas de las soluciones.
Para ello, es necesario fomentar más espacios de reflexión donde se aborden las preocupaciones de los sectores históricamente excluidos como los pueblos indígenas, las comunidades y los afrodescendientes, y de la comunidad científica. Estos espacios también deben ser contabilizados en las labores que se hacen en el mundo para abordar la crisis climático-ambiental y la búsqueda de justicia.
Autor
Líder indígena de la nación Charcas, Bolivia. Fundador del Colectivo de Voluntarios La THOJPA.