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Con la COVID-19, Bolsonaro hace de Trump un estadista

Ojalá Jair Bolsonaro hubiera aprovechado el sábado pasado en la tarde para uno de sus pasatiempos favoritos: ver por televisión los pronunciamientos del presidente estadounidense Donald Trump. Porque la crisis en la que ha desembocado la COVID-19 hace que el presidente americano parezca un estadista en comparación con el mandatario brasileño.

El comportamiento de Bolsonaro en relación con la primera gran crisis que enfrenta su gobierno es lamentable. La semana pasada, cuando el problema se agravó de manera sensible, el presidente brasileño abordó el problema de la COVID-19 desde dos puntos de vista: el efecto de la enfermedad en la economía brasileña y el de su agenda personal, y afirmó que podría llegar a  tener que cancelar un viaje a Italia.

Mientras los brasileños estaban aterrorizados por el nuevo virus, Bolsonaro destinó su aparición del jueves en la noche a los ataques a los medios de comunicación»

Sobre la salud pública, nada. Bolsonaro ni siquiera utilizó su canal de comunicación más cómodo, las transmisiones semanales en directo por Facebook, para hablar con los ciudadanos de su país sobre la enfermedad. Mientras los brasileños estaban aterrorizados por el nuevo virus, Bolsonaro destinó su aparición del jueves en la noche a los ataques a los medios de comunicación y a los periodistas.

Si no quería hablar él mismo, el presidente podría al menos haber llevado al asesor del área, como lo hizo en otras ocasiones con el ministro de Sanidad, Luiz Henrique Mandetta, quien ha sido ponderado y claro en sus discursos públicos. Pero ni siquiera hizo eso.

Trump no es ciertamente un gran ejemplo y ha sido criticado en los EE. UU. por sus acciones contra el coronavirus. Incluso llamó a la COVID-19 una farsa. Este sábado, sin embargo, hizo una declaración sobre el virus y pidió calma a la población. En el momento de sus declaraciones estaba de pie junto a su ayudante, Mike Pence, quien es el responsable de coordinar la reacción del Gobierno de los EE. UU. ante la enfermedad. Pence dio recomendaciones específicas a la población: no viajar a ciertas regiones de Italia y Corea del Sur. Trump y Pence estaban acompañados por dos de los principales ejecutivos de la salud pública. Después de los discursos, todos respondieron a una batería de preguntas de los periodistas sobre la enfermedad.

Trump parece haber caído en la cuenta de que la COVID-19 puede llegar a contaminar su campaña para la reelección de este año. Incluso el líder de China, Xi Jinping, que no depende de los votos de la gente, percibió la enfermedad como una amenaza política. Sin embargo, Bolsonaro debe creer que descubrió la vacuna contra el coronavirus.


Episodio relacionado de nuestro podcast:

Foto de Palacio del Planalto en Foter.com / CC BY

Autor

Secretario de Redacción del periódico Folha de São Paulo. Máster en Periodismo de la Universidad de Barcelona y de la Universidad de Columbia. Licenciado en Periodismo por la Universidad de São Paulo (USP).

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