La reciente depuración de más de 900 funcionarios del Sistema Judicial Nicaragüense es uno de los cambios estructurales más significativos que marcan el inicio de la sucesión de Ortega y Murillo.
En el sistema de justicia boliviano abundan los interinatos, la incertidumbre en el nombramiento de las altas magistraturas, las designaciones cuestionadas de jueces y fiscales y las deficiencias del sistema penal.
De no acabar con la posibilidad de reelección, Brasil volverá al mismo dilema de vez en cuando: excesiva independencia o falta de autonomía, dos extremos perjudiciales para la democracia.
El reconocimiento del papel político de los tribunales y las cortes supremas se debe a los procesos de democratización que llevó a profundas reformas constitucionales para afirmar derechos políticos, sociales, económicos y culturales.