Esta semana se dieron a conocer los detalles de la orden ejecutiva que el presidente de Estados Unidos Joe Biden, firmó con el fin de restringir el flujo migratorio de personas indocumentadas por medio de la frontera sur, con lo cual se dificulta considerablemente las peticiones de asilo. Del mismo modo incrementará las deportaciones hacia México y otros países de la región.
Un anuncio que ciertamente revela por una parte la complejidad que sigue teniendo la gestión de la política migratoria durante la administración de Biden. Por la otra, es un anuncio con una sensibilidad electoral especial habida cuenta la proximidad de los comcios de Noviembre y siendo la migración ilegal uno de los asuntos centrales, una vez más, en la campaña presidencial de este 2024.
En su exposición a la prensa la Casa Blanca detalló que esta orden se pondrá en marcha cuando se registren más de 2.500 detenciones por día durante una semana y en el caso de que este número de aprehensiones se reduzca a 1.500 a la semana podría suspenderse. Las cifras son reveladoras ya que durante mayo, más de 3.800 migrantes cruzaron la frontera cada día, provocando 118.000 detenciones. Si bien es una cifra menor a la 250.000 detenciones del pasado diciembre, su continuidad en el tiempo vendría a demostrar las dificultades operativas en el control de la frontera y la necesidad de agilizar los trámites de deportación, incluso ante un cruce ilegal de la frontera. Con lo cual se le impondría adicionalmente una prohibición adicional de 5 años para ingresar a territorio estadounidense.
De acuerdo a las propias palabras del Presidente “esta acción nos ayudará a tomar el control de nuestra frontera”. Sin embargo, es importante poner sobre relieve que una orden ejecutiva es una medida extraordinaria ante las dificultades de llegar a acuerdos bipartidistas tanto en el Congreso como a nivel local con los estados fronterizos. En este sentido, ¿qué efecto real tendrá esta medida y que implicaciones políticas tendrá de cara a la elección de Noviembre?
Analistas:
Ernesto Hernández Norzagaray (entrevistado)