La movilidad humana ocupó el primer lugar en la agenda, probablemente debido a las preocupaciones en el seno de la política interna de Estados Unidos que se encuentra en plena campaña para las elecciones de mitad de mandato.
La cuestión es si este nuevo enfoque de la gestión migratoria estadounidense y de los países de la región tendrá la capacidad institucional de reducir el papel central de los traficantes de personas y sus lógicas de corrupción
Coautores Max Povse y Fernando Pedrosa
La diplomacia presidencial en América Latina generan impacto y debates que, si bien difícilmente producirán cambios profundos, muestran una fotografía de la coyuntura de la región.
Frente a la primacía comercial de China en Sudamérica y las iniciativas de la Ruta de la Seda, parece contraproducente que Estados Unidos vuelva a adoptar una estrategia de instrumentalización de regímenes favorables a sus intereses.
La implementación de la estrategia de América Latina hasta el momento no puede describirse de ninguna manera como un claro cambio de tendencia de la era Trump y sus duras prácticas.
En la Cumbre de las Américas los países de América Latina deben plantear una posición más pragmática, teniendo en cuenta la flexibilización de las medidas del presidente Joe Biden hacia Cuba y Venezuela.