Las purgas constantes y el descontento generalizado sugieren que muchos traicionarán a la primera dama para buscar otro rumbo para la nación ante la inminente sucesión.
Si bien la historia no se repite, nuestra realidad presenta conexiones y paralelismos con lo que pasó hace un siglo cuando el fascismo trastabillaba para luego comenzar a consolidarse en el poder de forma permanente.
La elección se regirá por la Ley Electoral de 1992 que permite emular elecciones en un régimen en el que toda decisión política trascendental es tomada por la élite del Partido Comunista.