Las universidades latinoamericanas siguen formando profesionales para un mundo que ya no existe, desatendiendo las demandas del futuro laboral digital y sostenible.
Las restricciones migratorias y políticas educativas de Trump amenazan con frenar la circulación global de conocimiento, afectando especialmente a América Latina y su integración al desarrollo científico internacional.
Cuando la democracia se debilita, la educación se convierte en blanco preferido de los gobiernos autoritarios de cualquier signo. Se restringe la libertad académica en gran parte del hemisferio.
La reducción de la desigualdad en educación o en cualquier otro ámbito pasa, sobre todo, por la reducción de la desigualdad en política y en políticas públicas.
En un país donde históricamente la sociedad considera a la educación pública como un bien absolutamente legitimado, apreciado e insustituible, cualquier ataque en su contra moviliza inmediatamente a grandes y diversos colectivos sociales.