La victoria de Trump de regreso en la Casa Blanca puede ser la más exitosa inversión del magnate sudafricano, que pasa de ser un risk-taker a ser un king-maker.
Latinoamérica, con sistemas electorales y organizaciones administrativas muy diferentes, puede tomar algunas lecciones en materia de facilidades para la emisión del voto.
Trump tiene una comprensión muy básica e intuitiva de la política y no tiene fundamentos teóricos más profundos para sus tendencias fascistas, más allá del apoyo superficial a las ideas entre su base de extrema derecha.
Estados Unidos es la única democracia presidencial donde los votantes no escogen directamente a quien ocupará el sillón presidencial, sino que lo hace un Colegio Electoral.
La continuidad que representaría una victoria de Harris ofrecería un escenario más favorable tanto en el ámbito económico como en el político para las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.