La integración de los migrantes en Chile es tan diversa como sus trayectorias: desde quienes se sienten parte del país hasta quienes solo resisten el día a día.
El conflicto va más allá del problema migratorio, es una sádica lucha racial y de clases. Y aunque es prematuro predecir su impacto en las políticas sociales y laborales de Estados Unidos, algo es cierto: revelan una ola de insatisfacción.
El escalamiento del conflicto requiere una respuesta firme y coordinada por parte de las autoridades colombianas que deben garantizar los derechos de las víctimas del conflicto armado.