La inclusión y la educación financiera son claves para reducir desigualdades y fortalecer el desarrollo sostenible en América Latina, pero aún enfrentan profundas brechas y desafíos estructurales.
La economía gig en América Latina ofrece flexibilidad y oportunidades a quienes quedan fuera del empleo formal, pero al mismo tiempo profundiza la precariedad laboral y las desigualdades en la región.
Chile avanza en gobernanza digital al incorporar la participación activa de niños y niñas en la toma de decisiones, trasladando sus voces desde el aula hasta las políticas públicas.
Las universidades latinoamericanas siguen formando profesionales para un mundo que ya no existe, desatendiendo las demandas del futuro laboral digital y sostenible.
Necesitamos crear una nueva cultura digital compartida. Una que no deje solas a las infancias. Una donde la habilidad técnica venga acompañada de criterio ético y emocional.