El contundente triunfo de José Antonio Kast refleja la emergencia de un nuevo clivaje político en Chile, marcado por el orden, la seguridad y la crisis del Estado, que desplaza al histórico eje democracia–autoritarismo.
La retirada de Estados Unidos del multilateralismo acelera la fragmentación del sistema interamericano y abre un escenario “postamericano” en el que China avanza sobre una gobernanza regional debilitada.
La elección presidencial de 2025 confirma un profundo realineamiento político en Chile: el histórico clivaje dictadura–democracia deja de estructurar el voto, desplazado por un nuevo eje de conflicto surgido del ciclo abierto en 2019.
Una intervención militar externa para forzar un cambio de régimen en Venezuela podría desencadenar un escenario de inestabilidad prolongada, violencia interna y fragmentación estatal, con consecuencias difíciles de revertir para el país y la región.
La segunda vuelta chilena revive el dilema entre un oficialismo desgastado y una derecha que despierta recelos democráticos, planteando si el país repetirá su historia o abrirá un nuevo rumbo.
Honduras enfrenta una nueva crisis de legitimidad electoral, con un escrutinio incierto que revive viejos fantasmas de desconfianza institucional y tensiones políticas acumuladas.