La COP30 llega cargada de nuevas promesas de financiamiento climático, pero atrapada en las mismas visiones fallidas que han impedido enfrentar una crisis que avanza más rápido que la voluntad política global.
La acelerada deriva autoritaria de Estados Unidos bajo la administración Trump plantea graves riesgos para la democracia y la estabilidad en toda América Latina.
Las relaciones humanas —más que el ingreso o los recursos materiales— emergen como un pilar decisivo del bienestar, revelando que la pobreza también se manifiesta en la fragilidad de nuestros vínculos y de la confianza social.
América Latina se enfrenta a su propia contradicción: condena la injerencia externa en Venezuela, pero guarda silencio ante el autoritarismo y la crisis democrática dentro del país.
Bolivia inicia una nueva etapa bajo Rodrigo Paz, quien marca un giro del estatismo ideológico hacia un pragmatismo de mercado y descentralización del poder.