Coautora Alexander Esquivel López
Actualmente, se han alcanzado importantes avances en algunos aspectos de la sostenibilidad ambiental: la superficie total de áreas protegidas ha crecido, el consumo de sustancias que dañan la capa de ozono ha disminuido considerablemente y la región ha avanzado en el aumento de la cobertura de los servicios de agua potable y saneamiento. En este contexto, la gestión integrada de los recursos hídricos es fundamental para un desarrollo sostenible. Sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a múltiples obstáculos: las crisis financiera, climática, energética y alimentaria pueden desviar a la región del cumplimiento de sus compromisos en materia de sostenibilidad ambiental.
Hasta fines de los años ochenta, el medio ambiente y su relación con el crecimiento económico y la justicia social no ocupaba un lugar destacado en las agendas nacionales ni internacionales. Esta situación empezó a cambiar con el surgimiento del concepto de desarrollo sostenible, que se consolidó en 1987 con la publicación de Nuestro futuro común, también conocido como informe Brundtland.
En el informe Brundtland se define el desarrollo sostenible como “aquel que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. Si extendemos el concepto, se puede entender como una sociedad sostenible aquella que con el paso de las generaciones no agota su base de recursos ni produce más contaminantes de los que pueda absorber la naturaleza.
Partiendo de esta concepción, hoy en día las sociedades necesitan un enfoque que les ayude a conocer mejor las complejas y dinámicas relaciones que existen entre el ser humano y la naturaleza, para administrar sus recursos de forma sustentable. Dicho lo anterior, se hace necesaria no solo la investigación en temas relacionados con la sostenibilidad, sino también innovar y encontrar soluciones que permitan a nuestra generación y a las venideras vivir en armonía con la naturaleza.
Los impactos del cambio climático
En este contexto, es importante considerar que, debido al cambio climático, las tormentas tropicales y los fenómenos atmosféricos son cada vez más frecuentes en la región, por lo cual, la gestión integrada de los recursos hídricos cobra cada vez mayor importancia. Y es que el recurso hídrico es un elemento primordial para satisfacer el bienestar y el desarrollo social, económico y ambiental.
Al ser el agua un recurso finito, vulnerable y esencial para mantener la vida, los ecosistemas y el desarrollo económico, es indispensable una adecuada gestión pública y política de los recursos hídricos. Esto es necesario para propiciar la compatibilidad entre la satisfacción de los usos económicos y sociales con las funciones ambientales, a fin de alcanzar un uso sustentable.
Históricamente, el agua ha sido, por lo general, considerada por las sociedades como un recurso infinito. Sin embargo, en los últimos años, las deficiencias en la disponibilidad hídrica de algunas regiones, la degradación de la calidad de cuerpos de agua y la inequidad en el acceso al agua potable y al saneamiento han llevado a un incipiente reconocimiento de la necesidad de una mejor conservación y planificación de los recursos hídricos.
Actualmente, existen un sinnúmero de iniciativas en la región que están enfocadas en aumentar la conciencia sobre la crisis mundial del agua y decidir sobre acciones concertadas que movilicen a todos los sectores, personas, organismos y países, con el objetivo de impulsar esfuerzos políticos que se centren en resolver esta problemática.
Un ejemplo es el Grupo Regional de Expertos en Recursos Hídricos en América Latina y el Caribe que tiene como objetivo sumar esfuerzos para la ejecución de iniciativas como el intercambio de información relevante en temas hídricos, de publicaciones y estudios en desarrollo, así como explorar oportunidades de colaboración para apoyar a los países de la región. Todas estas actividades están encaminadas a la aceleración del cumplimiento del Objetivo Desarrollo Sostenible (ODS) 6.
Otra iniciativa destacable es el Congreso de Investigación e Innovación en Sostenibilidad (SRI), que se realizará en junio en Panamá, donde se discutirán proyectos de investigación y estrategias de cogestión para obtener los impactos pertinentes en la conservación de los recursos hídricos. Uno de los objetivo es realzar los proyectos de investigación y estrategias de cogestión que se desarrollan en el Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas (CIHH) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), donde se aspira a conseguir los efectos necesarios en la conservación de los recursos hídricos en el país.
Allí se debatirán los ejes del Plan de Acción para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos como la institucionalidad y gobernabilidad del agua o la vulnerabilidad y adaptación al cambio climático. Esto permitirá a Panamá hacer una gestión moderna de los recursos hídricos y con ello, conseguir el manejo de estos de manera sostenible mediante la articulación de las necesidades de reformas políticas, legales y de financiamiento, el desarrollo de modelos institucionales y las herramientas de gestión.
Estas son solamente algunas de las iniciativas que demuestran que la región lleva un camino andado. Ya hay avances en la materia, y actualmente se está trabajando en este tipo de políticas en la mayoría de los países.
Alexander Esquivel López es Doctor en Ciencia y Tecnología de las Radiaciones, Minerales y Materiales, Investigador del CIHH-UTP, miembro de la Asociación Panameña de la Ciencia del Suelo y Afines y del ISTRA.
Autor
Ingeniera Ambiental y Doctora en Estadística Multivariante Aplicada, Investigadora del Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas de la Universidad Tecnológica de Panamá, miembro del Sistema Nacional de Investigación, IAI STeP Fellow del Programa de Estancias en Ciencia, Tecnología y Políticas-SENACYT.