Presidente Ejecutivo de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). Consejero pleno del Consejo Argentino de Rel. Internacionales (CARI). Fue Director de Asuntos del Caribe del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).
El actual contrapunto entre el G7 y la OTAN, por un lado, y los actores euroasiáticos y los BRICS, por el otro, no configura un pronóstico alentador para la paz y la estabilidad mundial.
La “mala hora” de América Latina alcanza a todas las elites por igual, más allá de su filiación política o ideológica, y los “modelos” de cualquier orientación hacen agua frente a la combinación de factores externos e internos que desatan la pandemia, la contracción económica y la fragilidad institucional.
América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada por la pandemia. Representa el 8,4% de la población mundial y, sin embargo, concentra 30% de las muertes por COVID-19 y sufre su peor contracción del PBI, con una caída del 7,7% en 2020.
América Latina atraviesa una etapa particularmente compleja. El impulso integracionista de principios del milenio ha perdido ímpetu y la región vive una profunda fragmentación en una coyuntura en que el orden mundial se encuentra en transición.
El espacio cívico se ha reducido en 22 de 32 países de la región, y ha sido asfixiado y bloqueado en 8 de ellos. México, Brasil y Venezuela -como la situación más preocupante- aparecen como los casos más evidentes, pero otros países no escapan a esta tendencia general.
La firma del megatratado de libre comercio del Regional Economic Comprehensive Partnership (RCEP), después de 8 años de negociaciones previas, ha constituido un gran avance de la diplomacia de China y tendrá un significativo impacto sobre sus relaciones con los países del Asia-Pacífico.
El año 2019 fue un "annus horribilis" para América Latina. Pero el año 2020 trajo la pandemia que profundizó algunas de las tendencias y similitudes existentes y acentuó algunos rasgos estructurales que constituyen el trasfondo de los múltiples desafíos que enfrentará la región para salir a una fase de pospandemia.
La pospandemia dará lugar a una acentuación de las tendencias de cambio en el orden internacional que son anteriores a la COVID-19, con secuelas en la profundización de la crisis de la globalización y de la gobernanza mundial, de la capacidad de respuesta multilateral y del reacomodamiento internacional de las relaciones de poder.